Benacazón guardó silencio...

A las 5 de la tarde. A las 5 en punto de la tarde. Un sordo ruido abrió las puertas. En la Plaza, esa Plaza que es una carabela de sueños aterciopelados, corrió un rumor silencioso. Esa Plaza que ha visto tantas cosas. Aquella que sueña con viernes grandes, con las suaves caricias de las capas de raso. Esa Plaza que por acoger lo que acoge tiene que escribirse con mayúscula. La Plaza sabía que el tsunami del silencio llegaría de forma inminente.

Dentro, estaba el silencio. Acogido por las velas, por la poca luz y por Ella, silenciosa, llorosa y compungida ante una sábana blanca colocada a sus pies. Se iban a llevar a su Hijo, y no era la primera luna llena de primavera. El azahar no estaba en flor, pero su Hijo se iba. La cruz estaba vacía, abrazando un sudario que lloraba de pena, pero el sol se ponía temprano. Dentro, no había rumor de capas, ni de capirotes, ni de palio... Solo estaba Él, durmiendo un sueño eterno en un paso celeste que se había teñido de negro.

Silencioso, el cortejo avanzó siguiendo a esa Cruz que es nuestra Guía. El oboe y el clarinete comenzaron a llorar desconsoladamente mientras el paso avanzaba poco a poco. La campana comenzó a doblar, y en el fondo se intuía el toque fúnebre de las reinas de bronce de la torre mayor de Benacazón. Las velas, el color negro, el frío, el silencio, el rachear de los pies en el suelo, la música de capilla... aquello era un entierro. Un Santo Entierro en noviembre.

Benacazón guardó silencio al paso de Cristo muerto. Guardó silencio por Él y por todos los difuntos del pueblo a lo largo de la historia. Nadie se atrevía a hablar, ni siquiera a musitar una palabra, ni a susurrar... Nadie quería despertar del sueño eterno a Dios. Y Ella, se quedó sola... mientras en el Camposanto su Hijo velaba por el eterno descanso de todas las almas benacazoneras. Se quedó sola esperando el regreso de Aquel que vino para redimir al mundo abrazado a los palos de una cruz.

Y llegó. Llegó con el mismo silencio, y con la noche besándole la cara con sus fríos labios de muerte. Y entró por donde no cabía, entró en su casa por esa puerta que siempre ha envidiado a su hermana mayor. Ahora, era ella la protagonista. Y el olor a Viernes Santo se mezcló con el denso aroma del Descendimiento. Y el Dios Yacente descendió, y fue colocado más cerca de su Madre, que viéndolo de vuelta, derramó más lágrimas que nunca a la tenue luz de aquellas llamaradas de fuego hechas de cera.

El pueblo se rindió ante sus benditos pies, y le dio un beso al unísono que sonó al toque del muñidor. Y las Saetas del Silencio pusieron fin a una tarde de anhelos, de deseos y de una primavera anticipada que quiso hacerse dueña de la Plaza, de esa Plaza honrosa que se siente orgullosa de acoger en sus entrañas al que estando muerto, sólo duerme un sueño eterno, y a la que llorando sonríe con sus labios de canela...

Y recordad, solo faltan... 119 días. 

* GALERÍAS DE FOTOS DE LA PROCESIÓN DEL STMO. CRISTO YACENTE EN LA FESTIVIDAD DE CRISTO REY EN BENACA COFRADE Y PASIÓN POR BENACAZÓN
+ http://www.benacacofrade.blogspot.com.es/2012/11/galeria-traslado-del-stmo-cristo.html
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Recordar que este domingo son las ELECCIONES en nuestra Junta de Gobierno, en horario de 17:00 a 21:30 h. Desde el Grupo Joven animamos a todos los soleaeros y soleaeras mayores de 18 años a ejercer su derecho al voto, recalcando la importancia de este acto, pues de él dependen los próximos cuatro años de nuestra Hermandad.

¡¡NO TE QUEDES EN CASA, Y ACUDE A VOTAR!! Cumple como soleaero...